Tenemos pruebas hasta el hartazgo de que los hombres políticos –al menos los de córdoba, pues son los únicos que conozco de cerca-, se rigen por intereses circunstanciales y no por principios ideológicos (la generalidad, aclaro por si las moscas).
Dicen que en tiempos antiguos un obispo le ordenó a un bárbaro converso: “Quema lo que has adorado y adora lo que has quemado”
Si realizo una traslación algo forzada a nuestros pagos y dedicada a nuestros coterráneos, tal vez sonaría así:
“Reniega desde el poder lo que predicaste desde la oposición”
Rubén Raúl Guillet – Villa Argentina
lunes, 14 de abril de 2008
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